,Hola de nuevo,
Antes de nada, unas fotillos de la salida de ayer, que no
habíamos puesto ninguna:
En esta foto salen Rubén, del Tempranillo Team, Jose y
María. Donde está la banda tocando es por donde pasamos todos los coches antes
de salir.
Esta es la banda, The Bridge Band. Nos los encontramos el
lunes por la mañana tocando en el puente de Carlos, en Praga, y nos han estado
acompañando desde el lunes por la tarde, hasta la salida.
Una vez terminamos todas las presentaciones y acabó el show,
todos los coches partimos a la carrera. Pasamos Pilsen y Praga de nuevo, y continuamos
hacia Brno, desde donde subimos a Polonia. Casi todo autovía, menos los últimos
cien kilómetros de Polonia, que son un engorro, porque no pasas de 70 km/h, y cada muy poco
hay un pueblo.
Llegamos a la frontera de Polonia con Ucrania sobre las doce
y media de la noche, y estaba hasta arriba de coches. Nos toca esperar.
Delante de nosotros había un coche con matrícula española.
Cuando el conductor se bajó del coche, Jose les gritó ¡Paisanooooos!, y al no
obtener respuesta tipo
¡¡¡¡¡hombreeeee!!!!!!, empezamos a dudar de su origen hispano.
Cuando bajó su compañera de viaje, una rubia con cejas
rubias, se disiparon las dudas, no eran españoles.
Al ver que nosotros no éramos rubios con cejas rubias, se
acercaron a saludarnos. La chica vivía en España desde hace doce años, y él, su
padre, también había vivido allí durante un tiempo.
Al rato de espera, nos dimos cuenta de que había una señal en
la parte polaca de la frontera, con un símbolo de la Unión Europea, con una flecha a
la izquierda, y otra al lado en la que ponía “todos los pasaportes”, con una flecha
a la derecha.
Nos llevamos a la chica a que nos haga de traductora con los
policías polacos, a ver si había suerte, y podíamos pasar por el carril para
los europeans.
¡Podemos! Nos hemos ahorrado 60 coches, y dos o tres horas
de espera. Anda que si no llegamos a preguntar…
En la parte ucraniana, ante nuestro asombro, tampoco tenemos
ningún problema, y pasamos rápido. Ya estamos en Ucrania.
Continuamos hacia Kiev, que está donde Cristo dio las tres
voces. Todo es carretera secundaria hasta Pivhe (Rivne), a unos 300 de Kiev.
Llegamos a Kiev, sin más problemas que el de encontrar wifi
para enviar nuestras crónicas.
Para llegar a Rusia, Jose tomó en 2011 la carretera que va a
Kharkhiv, hacia el este de Ucrania. Es la misma que cogí yo en 2012, pero en sentido
contrario. Sabíamos que la carretera era buena, casi todo autovía, pero nos
hemos arriesgado yendo al norte de Ucrania, hacia Moscú, intentando ahorrar
algo de tiempo al evitar el tráfico del sureste.
Ni un mísero kilómetro de autovía,
Seguimos poco a poco. A lo lejos hemos visto un camión en el
arcén, y a un hombre dándole patadas. Nuestra primera reacción ha sido echarle
una foto, y luego echarle un cable, pero al ver su cara cuando ha saltado el
flash, nos hemos pensado muy seriamente lo del cable. Lo mismo ha colocado él
mismo el camión en el arcén a patadas, y nos ha dado un poco de miedito.
Nos está lloviendo bastante, y hemos visto mucha policía,
así que, para evitar a los policías con pistola-radar, nos hemos situado detrás
de este camión, que va a buen ritmo y, ya de paso, nos ahorramos gasolina con
el tema del rebufo y esas cosas. Esta teoría es de Jose. A mí sigue sin
convencerme.
Llegamos a la frontera tras unas cuantas horas. Otra frontera
de Ucrania. Por experiencias propias, las tememos más que a las rusas.
Según nos vamos acercando, hay una cola de camiones de unos
cuatro kilómetros. Esa gente duerme hoy aquí. Por suerte, esa cola sólo es para
camiones, y los adelantamos a todos. Tenemos unos veinte coches delante, pero
hay varias ventanillas, así que nos ponemos detrás de cuatro coches.
El primer contacto que tenemos es un ucraniano que nos
pregunta si somos de España. Le decimos que sí, y dice: ¿Murcia? Seguro que
conoce Murcia porque Camacho es de allí.
Estupefactos respondemos que no, que de Cáceres, y acto
seguido nos pregunta por el Real Madrid y Cristiano Ronaldo. No podía ser de
otra manera.
Nos revisan el coche muy a la ligera, damos los pasaportes,
los sellan, y continuamos hacia la zona rusa.
Allí nos dan un papelito a cada uno para rellenar. En la
casilla de “Pasaporte, u otro tipo de identificación”, Jose pone Passport. No
pasa nada, escribe el número del pasaporte encima, y tiramos palante. Nos dan
también un folio para rellenar con los datos del coche. Está en ruso, y no se
entiende, así que pedimos uno en inglés. No hay en inglés. Ésa es muy buena.
Ponemos la misma cara que se os pondría a vosotros leyendo en ruso, así que el
amable militar que nos había atendido nos pide los papeles del coche, y nos lo
rellena él mismo. Un diez por él.
Vamos a mandar a nuestros amigos del Tempranillo Team una
foto de dicho papel, por si cuando pasen ellos por Rusia, no se portan tan
bien.
Mientras el amigo nos rellenaba el papelito, otro militar,
con el uniforme de camuflaje azul de los rusos, se acerca a nosotros y nos
pregunta que si somos de España. Luego le dice algo al otro en bajo, y éste nos
pregunta que cuál es la moneda de España.
Nuestra primera reacción fue decirle que la moneda de España
es la que no iba a oler esta vez, pero agachamos la cabeza, y contestamos que
el Euro. Los AK47 duelen.
Así que, en cuanto tenemos el papel relleno, vamos al
control de pasaportes, y en cinco minutillos estaba todo sellado. En ese momento
vemos que el militar de azul, el usurero, volvía de no sabemos dónde,
dirigiéndose hacia la posición de los de los euros.
Jose le pregunta a otro que si podíamos irnos ya con eso
firmado, le dice que sí, y arrancamos el coche rápido, dejando atrás al usurero
de uniforme azul.
Las dos fronteras de Ucrania, y la primera de Rusia, sin
soltar un solo euro de propina obligada. No lo diré muy alto, que todavía nos
quedan dos.
En la próxima entrega os contarremos qué tal nos ha ido en Rusia.
¡Un abrazo a todos!
Un abrazo desde Holanda! Me encantan vuestras historias! (Soy David el que jugaba con tu hermano en Vila-real, el de la cazalla! ;)
ResponderEliminarQue bueno! Buen viaje y abrigaros que ahí hace rasca! Si mañana llegáis a Mongolia seguro qud hacéis como los camioneros que no paran el camión ni para comer! Abrazos y besos de la familia!
ResponderEliminarMe ha encantado!! Q buen rato he pasado leyéndoos. No llevar la baca cargada has arriba os está ayudando en las fronteras!!! Jajaja. Un besazo enorme
ResponderEliminarEse Deivid Xil, y esos chupitos de cazalla. Os diría por dónde vamos ahora, pero eso vendrá en la siguiente crónica. Grecias por los comentarios, ayudan mucho. Un abrazo. Javi.
ResponderEliminarTruki, mamonazo, que nos tenias preocupados! Ojo con los ruskis que estan muy locos. Os teniais que haber llevado a Raulov atado al capó!
ResponderEliminarSaludos ;-)
--
Rober.