JUEVES 18-VIERNES 19 y SÁBADO 20
Nuestro gozo en un pozo…
Camino ya de Moscú y con la noche encima vamos descubriendo
el auténtico estilo ruso de carreteras: tenemos las nuevas sin pintar llenas de
baches, las viejas llenas de baches y las que están en obras, que son la
mayoría del país por lo que vamos descubriendo.
A mitad de camino empezamos la fiesta de las obras,
carreteras principales hacia Moscú que según nos vamos acercando nos va dando
más miedo ya que cuando no roza el tubo de escape, crujen los amortiguadores,
pero allá que vamos.
Afortunadamente, antes de llegar a la circunvalación de
Moscú, puesto que ninguno de los machos quería llevarme a la
Plaza Roja por no meterse en las
profundidades de la ciudad y perder tiempo, decidimos hacer el cambio de
conductor, o de pringao de turno, o de hombre-alcayata que es como vamos a
terminar al final. Jose pasa a copiloto y yo a conductor, mientras Javi sigue
con su siesta en el zulo del coche.
Pensábamos que la cosa iba a ser rápida, pero rodear Moscú
significa perder 2 horas de viaje, si no teníamos bastante con las obras en la
carretera, nos toca esperar en un cruce de tren 1 hora y media, puesto que
tenían que pasar todos los trenes de Moscú en ese mismo momento y, conforme
avanzábamos nos dimos cuenta de la cantidad de tranvías y trenes que tienen los
rusos.
Continuamos por las grandes carreteras y ya empezamos a
pensar en que la llegada a la frontera con Mongolia, viendo el estado de las
carreteras, va a estar difícil que sea antes del domingo.
Pasamos por Kazán y cruzamos el río Volga, o eso creemos
porque ya a estas alturas de leer nombres en cirílico la vista no da más. Yo me
hubiera dado un baño ya que el cuerpo me lo pide, pero claro, retrasarnos unos
minutos es imposible de pensar para mis dos acompañantes, así es que, nada, con
la mugre p´alante.
Nuestra meta del jueves era Ufa. Pensando que llegaríamos
antes, nos dío la madrugada, y al vernos sin ninguna gasolinera abierta ni área
de servicio, ese día fue como el Viernes Santo, ayuno y abstinencia.
Madrugada, pasamos Ufa y me toca conducir camino de
Omsk…empezamos bien el turno con diluvio universal y carreteras de las que me
gustan, sin pintar, en obras y llenas de camiones que me van echando oleadas de
agua y barro al cristal. Total, 2 horas de carretera infernal yendo a 40 por
hora y en ocasiones hasta a 60.
Pasamos los montes Urales y admiro la belleza del paisaje
mientras escucho de sintonía a mis machos: roncando y babeando, así da gusto
viajar. No tenemos fotos puesto que yo iba pendiente de no estamparnos y ellos
en sus dulces sueños.
Durante el camino, vemos varios accidentes, un choque y un
camión tirado en el arcén, que pocos me parecen, tal y como están éstos caminos
de cabras, que vamos dando zumbídos a los amortiguadores cada 2x3.
Bajando ya al sur de Rusia y cruzando la zona de Siberia el
camino sigue igual, aunque las carreteras lejos de Moscú son algo mejores. Viernes
por la noche, tras cenar por fin en un área espléndida, donde incluso había pan
y pudimos coger para los días venideros,
los machos observan k las luces se han fundido por lo que se apean y
empiezan a observar que…no saben desmontar el faro o encontrar la luz exacta ya
que se encuentra un poco enrevesada. Como no somos capaces de desmontar la luz
corta fundida, decidimos continuar con las largas. Quedan sólo cuatro horas
para que amanezca, así que no deslumbraremos mucho. Unos minutos después, se
nos funde la luz larga derecha. Continuamos.
Ya de día encontramos una gasolinera donde hay luces para el
Peugeot. Compramos un juego, y lo cambiamos. Espero que nos sirva más adelante.
Sábado por la mañana, ya tenemos claro que a Mongolia
llegamos de madrugada puesto que nos quedan muchos km por delante aún.
Desayunamos en una gasolinera para coger wifi y estirarnos un poco fuera del
coche por que se nos va notando la doblez de ir sentados tantas horas. En la
cafetería preguntamos si tienen ducha y nos dicen que sí, que 25 rublos cada
uno, total perfecto porque por 70ctms íbamos a despojarnos de nuestra costra.
Preparamos todos los bártulos y allá que vamos, pero al llegar, sale una rusa,
por no decir rusona, ya que podía darnos un guantazo a los 3 juntos, y nos dice
que no, que son 150 rublos por persona, nuestro gozo en un pozo! Continuamos el
viaje…nos cruzamos varias veces con el tren Transiberiano que cruza al lado de
la carretera.
18:30 de la tarde en Barnaúl, a 500km de la frontera con
Mongolia, paramos para sacar dinero en un cajero e intentar cambiarlo a
dólares. En Mongolia no aceptan otra moneda que no sea el tubrik mongol o los
dólares. Otro gozo en el pozo, los bancos han cerrado a las 18:00 por lo que
cargados de rublos nos disponemos a ir hacia la frontera y ver si podemos
cambiarlos antes o quedárnoslos tan ricamente en el bolsillo porque ni allí
sirven para nada y a nosotros, de vuelta a España, menos.
Esta noche la pasaremos en el coche (para variar) esperando
a que abran la frontera y entrar por la mañana, así es que hasta nuevas
crónicas, esto es todo amigos!
Pd: por fin el agua ha llegado a nosotros, que pulcritud y
olor a ropa limpia, de echo, parecíamos más morenos antes… la próxima crónica
podréis observar nuestro cambio de vestuario.
Javi, Jose y María
Con lo bien q esta uno sin ducharse......tendriais que haber aguantado hasta la meta sin ducha!!a sufrir un poco!!suerte chicos y a pasarlo bien!!!
ResponderEliminarOs sigo desde el primer día que me dieron el enlace. Sois unos valientes y desde aquí, SERRADILLA, un empujón más para que continueis con vuestro proyecto. Un abrazo
ResponderEliminar¡Vaya odisea, qué envidia me dáis! Muchos ánimos para seguir adelante, que seguro lo conseguiréis. Un abrazo
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