lunes, 25 de julio de 2011

1ª CRÓNICA: VIAJE HASTA EL CASTILLO DE KLENOVA.

Domingo, 24 de julio de 2011. 10:10 de la noche.

Muy buenas a todos:

Disculpad la tardanza en escribir este primer artículo, pero es que no me ha dado tiempo. He estado liado dándome una vuelta por Europa con el Peugeot C3.

Antes de nada: Javi: Un abrazo. Te espero el viernes en Kiev. Y si no, un poquitín más adelante. De momento, esto es como conducir por España. No te pierdes nada.

Bueno, al lío:


lo del viernes me encantó. No soy yo de expresar muchos sentimientos, pero estuve un buen rato pensndo en todos los que estaban allí pasando calor sólo para decirnos adiós.


La salida fué sobre las 19,40. Nada especial hasta San Sebastián, que paré a cenar algo sobre las 2 de la mañana y hacía un frío que pelaba. Además, se puso a llover y ya no ha dejado hasta hoy domingo cuando faltaban unos 500 Kms. Para llegar a Klenova.


Después de San Sebastián pasé la frontera por Irún, aunque parece que sigue siendo el País
vasco hasta bien entrados en Francia: Los carteles en español, el tipo de letra que usan los vascos...y así hasta que ya eran las 5 y pico y después de pasar Saint-Jean-de-Luz, antes de llegar a Bayona, me quedé a dormir en una zona de descanso de las miles por las que he pasado en estos dos días. Como estaba lloviendo, me tenía que quedar dentro del coche. Mi idea inicial era echar el respaldo para atrás y punto, pero no caí en la cuenta de que el coche va hasta arriba de cosas hasta que empujé con la espalda. Eso no hay quien lo mueva. Por lo menos la espalda la llevo recta, jeje. Solución final: dormir tumbado en los asientos delanteros, hecho una bola, con la palanca del freno de mano a la altura de los riñones y el saco enrollado a modo de almohada para hacer el reposabrazos de la puesta más “cómodo”. En esta foto se puede ver mi cama casera:    


Después de una siesta de cuatro hora, me despierto y veo un coche aparcado a unos metros. En cuanto me bajé para estirar las piernas (y todo el cuerpo) se baja del coche uno de los “jichos” más grandes que he visto en mi vida, que me venía hablando pero yo ni le entendía. Le digo: No, no, yo español, no entiendo, y me dice: ¡Coño, iguar que yo! ¿Ande vas?, y le digo: A Mongolia, jaja, chúpate esa, y me dice el tío que le acerque a
bayona, que se ha quedado sin gasoil y tiene que estar allí en veinte minutos... al final, me tuve que ir en la dirección contraria para no tener que llevarlo, y al final casi me daba pena después de la foto que nos hicimos. ¿Quién no recogería a este señor si se lo encuentra en mitad de un descampado?:




Os pongo otra que le hice cuando estaba distraído:



Los pantalones ganan mucho cuando se pone de pie (estilo años 60), pero le tapan los calcetines, que tampoco desmerecen.


Bueno, seguimos:

Después de darme a la fuga en la dirección opuesta a la que iba mi amigo, volví a dar la vuelta y pasé por el mismo sitio, pero sin volver la cabeza para no verle otra vez. Unos kilómetros más adelante, pasé por un pueblo que estaba en fiestas. Se llamaba Tyrosse, y a las 10 de la mañana había un montón de gente vestida igual que en los Sanfermines, pero sin toros. Sólo bebiendo en barras montadas en la calle. Y estos no es que vinieran de juerga y no se habían acostado, es que se acababan de levantar y ya estaban liados. Esto lo sé porque iban todos muy limpios y porque reconozco una cara “de no haberse acostado” a la legua. Demostración:



 
En este momento me entraron ganas de parar “a tomar algo”, pero pensé: “No, que luego me lían”, y decidí seguir mi caminito.


Unos cuantos de kilómetros más adelante, llegué a Burdeos.
Es una ciudad grande, grande. Tiene un río también muy grande, con un montón de puentes (estas descripciones parecen las de Los Fraggel, jeje). Os pongo una foto, aunque en realidad no se ve mucho. Es difícil conducir, mirar la ruta, fumar y hacer fotos a la vez:






...y más o menos por aquí es cuando empecé a verle las orejas al lobo: Ya llevaba un rato con la reserva encendida y paré a echar gasolina. ¡Menudo palo!. A 1,60 € el litro. Espero que la venta de camisetas esté funcionando bien, porque si no vamos a tener problemas financieros serios. Aquí la pertinente demostración:



 

Justo después de echar gasolina, el Peugeot me ha gastado una broma: Arranco el coche, empiezo a andar y de pronto veo que la temperatura no se ilumina. ¡Madre mía! Menos mal que antes de empezar a darle golpes el lado, como a las televisiones, se encendió y hasta ahora todo normal.

Después, lo normal: Otra pila de kilómetros  lloviendo cada vez más, hasta que hubo un momento que paró un poco y me bajé a comprar pan, pan, porque los biscottes a mí no me acaban de convencer. Un poco después pare a comer en un pueblo antes de llegar a Limoges, donde conocí a unos camioneros portugueses, empezamos con el vinho, las cervejas, el presunto y el queijo y al final nos liamos hasta casi las 6 de la tarde. No estuvo mal la cosa:



Por cierto: El queso de oveja de Castilcerro que nos zampamos estaba de muerte, igual que el jamón del Covirán de Castilblanco. Un saludo desde aquí a los amigos Honorio y Ricardo. Como se puede observar, al final ha venido bien llevarse la bandeja del coche y no tirarla.

Otra foto, con los portugueses:



Y esta, ya hecha como dios manda, con el hijo de uno de ellos:


...y después de esto, me quedaban un montón de kilómetros hasta Alemania, que era mi intención, pero entre lo que cascamos los portugueses y los españoles con una comilona de por medio y que me perdí bien perdido en la autopista que lleva a Alemania, me he quedado a dormir en un área de servicio, también dentro del coche, porque seguía lloviendo, pero esta vez mucho mejor: He puesto la cabeza al lado del volante y el culo y las piernas en el del copiloto, y la cosa mejora bastante. En tiempos de escasez, cualquier avance de estos es una alegría que no os imagináis.

Hasta aquí todo lo del viernes y sábado. Hoy domingo el día se resume en que me he levantado a las  ocho y he conducido hasta Alemania, he pasado todo el país y he entrado en la República Checa. He parado a comer antes de la última frontera y esta vez le he metido mano al queso y a un salchichón ibérico del Covirán, que tampoco se queda atrás de rico.


Luego ya, después de otros pocos de kilómetros (llevo ya 25224 exactamente), he llegado al castillo, pero no os lo puedo enseñar porque no he ido a verlo, ya que me he entretenido a montar la tienda y a escribir esta crónica. Durante este tiempo, han empezado a salir españoles de todos sitios, que han ido saludando y se están quedando todos acampados al lado, con lo cual estamos “como en casa”. De momento hay muy poca gente pero entre los españoles hemos hecho piña y hay muy buen ambiente. Os dejo unas fotos donde salen el equipo “Cavijo” y “La Chispa de la vida” con sus ambulancias, además de otros dos que no me acuerdo de los nombres, pero son de Cantabria y Cataluña:






Y también os dejo lo que yo creo que son las “instrucciones para todo el Rally:



 Poco más hasta ahora: Me ha llovido todo el tiempo, cada vez hace más frío, todavía no me he cambiado de ropa...

Y eso, lo dicho, besos a abrazos a todos, y en especial a Javi, que dentro de nada lo tengo aquí sentado al lado, cuando empiece lo bueno.

Jose.

5 comentarios:

  1. Que me parto!!! sigue contándonos cositas!!! Me he echado unas risas buenas!!!Buen camino, amigo.

    Vanesa

    ResponderEliminar
  2. Bueno... no pinta del todo mal jejje Muchíiiisimo ánimo!!! lo vais a conseguir y todo va a ser doblemente mejor en cuanto tengas por allí a Javi, q va a ser en na! un besote gordo!!!
    PD: cambiate de ropa, q va siendo hora, no? :P

    ResponderEliminar
  3. Jajajja, tremenda la primera crónica !!! TE liaste a vinos y cervezas con unos camioneros? jajaj, sé que eso es lo más sencillo que os puede pasar por ahí... madre mía, el hombrecillo que se quedó tirado no tenía desperdicio eh !!
    Un abrazo fuerte, mucho ánimo !! Y no dejes de escribir y hacer fotos con crónica !!!!

    ResponderEliminar
  4. Muy buenas las crónicas Marqués, nos estamos riendo cada vez que vemos algún personaje...entre las cervejas, los vinhos y los jinchos a los k te arrimas miedito nos dá jejeje. Ah, los mongoles con sus violines...k currado está el rally este con conciertos de estos típicos k te gustan a ti muxo no??:-p
    Besos!!

    ResponderEliminar
  5. Hola José, acabo de leer la primera crónica. ¡¡¡Pedazo de aventura que vas a vivir!!! ENVIDIA SANA. Voy a segir con las demas, no me voy a perder una. Pásalo bien, es importantisimo. Saludos para tu compañero, que se reincorpore pronto.

    P.D.:Hoy jueves me acordaré de tí, José.


    CAFE - BAR CASA MOLINA

    ResponderEliminar